LA MAGIA DEL BALLET: ENTRE NOTAS, TABLAS Y "TUTÚS"

Todo está en silencio, las luces están bajas y el ambiente frío… El teatro está repleto, la gente espera sentada que se abra el telón. La función está por comenzar…

Luego de una pausa, empieza a sonar la música… Los bailarines salen a escena, comienza así la magia de El Lago de los Cisnes, uno de los clásicos más importantes del ballet mundial.

Pero ¿qué hay detrás del escenario, de ese encanto que envuelve la atmósfera de un espectáculo de ballet? Sólo los que se han preparado para interpretar este arte lo saben…

Me inspiro en el tema luego de ver una entrevista de Francesca Dugarte, una joven y destacada bailarina venezolana, alumna de la prestigiosa maestra Nina Novak. Hace poco Francesca logró medalla de oro en la competencia internacional de Ballet de Seúl, Corea 2007, y medalla de plata en el “Young American Grand Prix” 2007 de Nueva York, Estados Unidos.

Entre cientos de participantes de todo el mundo, la venezolana Francesca Dugarte, quien fue invitada a participar en la gala de apertura de la competencia, en Seúl, Corea del Sur, entre destacadas figuras del mundo del ballet, presentó un exigente repertorio clásico, compuesto por los Pas De Deux “El Cisne Negro”, “Llamas de Paris” “Don Quixote” y una pieza contemporánea “Trópicos”, Coreografía de la venezolana Laura Fiorucci, cuya pieza obtuvo una calurosa acogida y fuertes aplausos por parte del público.

Francesca llegó a Corea luego de obtener medalla de plata a la mejor interpretación artística, mejor fotografía y premio del Estado en la competencia de Arabesque en Rusia. Pasó a la fase semifinal de la X Competencia Internacional de Bailarines y Coreógrafos en Moscú, y de allí, fue invitada a Seúl sin previo aviso, debido a su excelente desempeño en suelo moscovita. ´

La venezolana fue seleccionada entre 400 aspirantes de todo el mundo, y figuró como la más joven y única americana de la contienda internacional.

La próxima meta de Francesca es La Scala de Milán, donde permanecerá un año durante el cual continuará con su formación profesional, gracias a una beca que obtuvo luego de su presentación en Seúl.

Lo que me llama la atención es la pasión que sienten hacia el ballet aquellos que deciden dedicarle su vida. Para empezar, comienzan a muy temprana edad (generalmente 5 años). A partir de ese momento, comienza un arduo camino de preparación para llegar algún día a donde han llegado los grandes.

8 horas diarias de ensayo, una vida escolar compartida con la academia de ballet, porque allí es donde hacen sus tareas las niñas. Del colegio a la academia, de la academia a la casa. Una vida sacrificada para quienes lo vemos desde afuera, pero apasionada para los que la experimentan.

El ballet exige un régimen alimenticio bastante estricto, por lo que las niñas aprenden a controlar la ingesta de dulces y carbohidratos. Contar con una buena figura es esencial para cualquier bailarina, puesto que la belleza y sutiliza de sus movimientos va a depender en gran medida de un cuerpo esbelto.

Cualquier arte requiere de disciplina, esfuerzo, constancia y pasión. Para quienes hacen ballet, éste es una forma de vida que sólo comprenden quienes lo practican y sus familiares.

El aplauso y el reconocimiento del público es el mayor regalo de cualquier artista, es la fuerza que los anima a seguir adelante en una vida llena de satisfacciones, pero también de muchas envidias, tropiezos y sacrificios.

*Aquí pueden ver a Francesca haciendo una variación de Cisne Negro...
http://www.youtube.com/watch?v=Q4poGpbs0vQ