Palabras de Cristal...

Exagerado auge han tomado las redes sociales. Sorprendente la dependencia de miles de personas hacia estos indetenibles medios de comunicación alternativos, utilizados por algunas personas, (a mi parecer), para llamar la atención, más allá del simple hecho de hacer conocer a familiares, amigos y/o conocidos algo en particular de su vida privada. Ciertamente, estos medios nacieron con la idea de expandir las formas de comunicarse, pero han creado también en un importante número de usuarios, una especie de incontenible impulso de “protagonizar” ante su círculo social. En Fb, particularmente, lo que más llama mi atención no son precisamente las personas que hacen públicas sus intimidades o cualquier tontería que ocurra en determinado instante de su día a día, si no, aquellos que comentan o le dan un “like” a cualquier foto o actualización de estado del usuario que lo que busca, inconsciente o conscientemente, es pulsar su nivel de popularidad y hacer crecer su ego 2.0, no importa si el co

Definitivo. Las cosas materiales no valen nada, la vida no es vida si alguien que amas con lo más profundo de tu ser está sufriendo sin que tú puedas hacer nada para ayudarlo. Ayer no importa y mañana no existe cuando la dificultad es el presente. Pero, aprendí que por más dura que sea la situación hay que vivirla, sin pensar qué pasará después. La fuerza interior es más fuerte de lo que podemos imaginar, está guardada para salir a dar respiro cuando crees que el oxígeno ya se ha acabado. Estoy feliz y agradecida con Dios por pisarme las huellas y no dejarme caer. Por ayudarme a escalar la montaña , hacerme llegar a la cima y permitirme volver a correr, pero esta vez con más fuerza que antes, con más conocimiento, pero sobre todo, con mayor sencillez y calidad humana. Muchas personas nos rodean pero pocas son las que sufren contigo tu dolor y ríen contigo tus alegrías. Me siento afortunada de contar siempre con un ángel a mis espaldas que me guía cuando más lo necesito. Este ciclo ter

Un amor me inspira, un recuerdo también. Una mirada, un gesto, una palabra. Un lugar. Lo desconocido palpable, la aventura de lo incierto de algo que no sé. Una canción, una frase… ¡Una foto! Momento detenido, instante irrepetible. Nostalgia del pasado, reflejo del ayer. Recuerdo del mañana de un día que se fue. La gente que me habla es inspiración también. Los viajes, un regalo, el aroma de tu piel. Tu voz, tus ojos, tu ser. Todo tu misterio es lo que me hace enloquecer.

Libertad es una palabra infinita por su significado que va mucho más allá de lo explicable, que traspasa la mente y el cuerpo. A ella la llevamos, sin excepción, todos los seres vivos desde el nacimiento, y aunque en alguna circunstancia de la vida intenten robárnosla, jamás la perdemos porque nace, vive y muere en nuestra mente. Todo intento que atente contra ella es un crimen, excepto el que aplique para castigar a aquél que ha cometido un delito. De resto, la libertad no tiene precio, no se compra ni se negocia. Porque no hay como decidir qué queremos ser o hacer, hacia dónde queremos ir, por donde caminar, qué pensar o imaginar. Soñar… No hay mejor cosa que hacerlo despierto con lo que se añora, luchando por alcanzar el deseo de estar, de llegar, de tener, de conseguir ese algo imposible, pero a la vez posible, porque si se puede soñar, se puede lograr. Libertad es el vuelo que no tiene retorno, que llega tan alto que no se toca ni se ve, pero que se alcanza con el pensamiento, co

Los que nacimos y crecimos con la mezcla de dos culturas no nos sentimos cien por ciento de aquí, pero tampoco de allá. De aquí no en su totalidad porque nuestro paladar comparte dos gastronomías, tenemos costumbres compartidas y hemos oído hablar a la par dos idiomas. En casa nos pueden hablar en el idioma de allá y respondemos con el de acá ó nos acostumbramos a oír a nuestros padres decir una palabra criollita, seguida de otra típica de su tierra natal. En Venezuela eso es súper común y el que ha vivido en una familia que comparte dos nacionalidades sabe de lo que hablo. El que no, difícilmente entenderá el porqué de ciertas cosas. Sea como sea, es interesante ser descendiente de extranjero, más que por pisar alguna vez la tierra de tus padres, por compartir, pensar y vivir con un poquito de lo nuestro y de lo que por crianza nos enseñaron. Siempre he vivido aquí y de aquí me siento, pero no pienso tanto como una venezolana de pura cepa ni como una italiana tampoco. Estoy en el cent