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Mostrando entradas de noviembre, 2009

Del sentir y el ser

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Es algo inexplicable actuar por sentir, a veces sin pensar. Y es que los sentimientos son el motor del cuerpo, la vida del alma, transparente u oscurecida por heridas que no cierran. Con la bondad se nace, la maldad se hace. Amar es gratis, mientras que odiar cuesta. Quien odia, carga con un peso que cada vez se hará más insoportable. Quien ama, es libre para crecer, caer y continuar… Del rencor no queda más que dolor, un camino estrecho y corto, en el que el fin hará retroceder al principio para llegar al mismo final. No habrá más allá ni para el cuerpo ni para la mente porque no existirá otro escalón que subir. Del perdón: la libertad del espíritu. Andar infinito, de posibilidades inmensas, donde el fin lo determina la propia conciencia. Donde las nuevas oportunidades nacen solas y no envejecen. Y es que el SÍ, estará allí para descubrir que es posible rectificar, aprender y volar; cada vez más alto como se quiera. Del perdón: un nuevo amor. Porque existen varios amores. De las dec

Y siguen pasando cosas

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Y la costumbre ha sobrepasado sus límites. El desinterés, la permisividad, o simplemente la falta de ganas o esperanzas nos han dejado aquí, así, en STOP. Ya no es sólo la inseguridad, la inflación, el desempleo, la pobreza, la anarquía. Ahora también tenemos que estar sometidos a restricciones de agua y luz (ojo, por el calentamiento global). Sí claro, porque eso es cuestión atribuible sólo a la degeneración ambiental, porque los que tienen 10 años gobernando, ¡vaya que se han lucido!.... como no… pero no justamente en mejorar los servicios básicos a los que tenemos derecho los venezolanos. Lamentable, pero cierto, y si alguien no comparte esta opinión pido por favor que exponga sus motivos. Quiero leer palabras convincentes, que me hagan creer por lo menos una vez que estoy equivocada. Que mi país está cada día mejor, o por lo menos más próspero y seguro que hace una década. Es más, no me atrevería a exigir tanto, quisiera al menos sentir que estamos igual. Pero ¡qué va!, tengo la