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Mostrando entradas de julio, 2008

MATICES DE LO COTIDIANO

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Como cada mañana despierta. Vuelve a hacer cada movimiento de forma automática. Casi dice las mismas palabras de ayer, de anteayer, de la semana pasada. Se siente como en un laberinto, la mente no logra salir de allí, aunque trata; busca ordenar a los ojos que vean otro espacio, otro color, otra razón. Pero no, no lo logra. Así está escrito. O así quiere seguir, o a lo mejor no tiene otra opción. Y es que la cotidianidad es así, lineal, carece de color, de expresión, de sentimiento, de novedad, de aventura, de interés. Trata de llevarnos derechito, siempre por el mismo camino; puede sorprender, pero es raro que ocurra. Así pasa el tiempo: libre. Ocupado. Alegre. Desanimado. Entre sí y no, entre hoy y mañana. El deseo de lograr metas está allí presente; lucha entre lo que quiere ser y lo que es. A veces acepta, otras cae y aunque tarde, vuelve a levantarse para seguir anhelando, soñando, como siempre. “Siempre” estará siempre, en nuestro vocabulario, en la mente, en el corazón. Romper

A M A R = V I V I R

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La vida es la búsqueda de algo, ese algo aunque muchos traten de disfrazarlo es el amor. Encontrar esa otra parte que nos complemente, nos entienda, pero sobre todo que nos acompañe de manera incondicional y fiel es lo que todos anhelan encontrar. En estos tiempos ese deseo parece ser una utopía; la frivolidad de la gente ha contaminado el entorno y ese sentimiento puro se ha ido desvaneciendo por los engaños, la falta de comunicación, la intolerancia y la incomprensión. Aunque ésta sea una realidad imposible de obviar, aquellos que son capaces de sentir amor verdadero saben que es infinito y alcanza para cobijar no sólo a nuestra pareja, sino también a familiares y amigos, que son en definitiva (pero no en todos los casos) los que nunca se irán de nuestro lado. Sí, es cierto que son distintos amores y que realmente no se pueden comparar, pero al final es el mismo sentimiento expresado de una forma distinta; y me atrevería a decir que aquellos que no conocen el amor en casa tampoco lo