CRÍMENES QUE SE SUMAN, JUSTICIA QUE SE ESFUMA


Doble crimen. Víctimas: madre e hija. Sus cuerpos calcinados reposaban uno al lado del otro en Parque Caiza en la carretera Petare-Guarenas.

Móvil: robo.

Una vez más la opinión pública venezolana se conmociona, luego de conocerse el homicidio registrado el pasado miércoles 24 de febrero de 2010. Nuevamente se informa al país de un hecho tan lamentable como tantos otros ocurridos en tierras venezolanas, a causa del hampa, la codicia, los vicios y la pérdida del sentido humanitario, donde sin duda cabe mencionar la tan devaluada educación, la intolerancia y el total y absoluto desapego e irrespeto por la vida humana y el dolor ajeno.

En este caso, Joaquina Alcina Sánchez (53) y Orianna Monasterios Alcina (20), fueron víctimas de unos delincuentes que simularon un secuestro para robarle a la madre 23 mil dólares que guardaba en su residencia, a fin de comprarle un carro a su hija Orianna que estaría próxima a cumplir los 21 años.

Lo más alarmante es que el que orquestó todo el suceso fue Giomar Cartagena, ex novio de Orianna, quien compartió con ella 4 años de relación (se conocieron en bachillerato). El día del secuestro y doble asesinato, Giomar le pidió a su ex novia verla por última vez, con la excusa de que se iría a vivir al extranjero para tratarse un cáncer terminal que padecía. Giomar sabía de la existencia de los 23 mil dólares y planeó el secuestro de la joven en conjunto con 3 sujetos más para robarse el dinero.

Tras recibir la invitación, Orianna accede al encuentro y aborda el vehículo del ex novio, quien de manera premeditada, cuando se desplazaban por la Cota 905, le manifiesta a la víctima que detendría el vehículo para bajarse a orinar, y justo en ese momento fueron abordados por un grupo de delincuentes, que simularon un robo. Es allí cuando la obligan a dirigirse hacia su residencia.

En el lugar, los delincuentes ingresaron a la residencia junto a Cartagena, utilizando sus llaves, y procedieron a someter a su progenitora, para sustraer el dinero del inmueble.

La señora Joaquina Alcina fue introducida al vehículo, totalmente amordazada, no obstante, luego de que Cartagena recibiera una llamada telefónica, la señora reconoció la voz del joven por lo que decidieron acabar con la vida de estas dos mujeres. Ambas fueron tiroteadas y quemadas.

Este hecho abominable, me hizo recordar el famoso libro “Cuatro Crímenes, Cuatro Poderes” del entonces director de la PTJ, hoy Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, (CICPC), Fermín Mármol León. Cuatro casos que quedaron impunes por el poder que tuvieron sobre la justicia los cuatro poderes (político, económico, religioso y militar).

De estos casos el que mayor impacto causó fue el de el niño Vega, hijo de una familia adinerada de Caracas, que resultó muerto luego de asfixiase en la maleta de un carro. Una pandilla de jóvenes provenientes de familias adineradas del Este de la ciudad (entre los cuales se encontraba su hermano) pidieron un rescate de 150 mil Bs. para comprar droga. El hecho quedó impune porque el poder económico pudo más que la justicia. Los padres de los niños ricos pusieron precio a la libertad de sus hijos y la justicia se hizo polvo.

Ni hablar del caso del padre Pedro Luis Cusati, quien violó y mató a su propia hermana, porque se encaprichó con ella y los celos de saberla con otro lo llevó a asesinarla de una punzada en el pecho. Nadie imaginó jamás que el padre, que predicaba el bien al prójimo, fuera el asesino de su hermana. Una vida de mentira y perdición lo delató. Estaba enfermo de Sífilis por juntarse con mujeres de la mala vida.

Luego de una exhaustiva investigación por parte de Mármol León y su equipo, este Cangrejo dio un paso al frente. En las pruebas realizadas a la occisa se encontraron restos de semen infectados de Sífilis, y entre otras muchas pruebas, se determinó que el asesino era el sacerdote Cusati, quien fue preso y al poco tiempo quedó en libertad por considerarse que no existían pruebas suficientes que lo determinaran como el autor del crimen de su hermana.

El poder eclesiástico se impuso sobre la justicia. Lo más irónico del asunto es que el cura se convirtió en abogado unos años después de salir de prisión.

Sea cual sea el móvil que desencadenó cada caso, es muestra evidente de una grave carencia de los sentidos humanos, éticos y morales que deben estar por encima de cualquier interés particular. Hechos como estos, y tantos otros, como el terrible asesinato de los hermanos Faddoul no deben seguir repitiéndose ni aquí ni en otro lugar de la Tierra.

HAY DEMASIADA SED DE JUSTICIA EN EL MUNDO.
NO EXISTE CASTIGO SUFICIENTE PARA LOS CULPABLES DE ESTOS CRÍMENES.
APELO AL MANDATO DIVINO DE NUESTRO SEÑOR.

Comentarios

José Velásquez ha dicho que…
La justicia del hombre no existe en la tierra debido que hay personas que puedan manipularla a sus anchas ya sean por poderes políticos, económicos militares y sobre todo religiosos, estos crimenes seran castigados por nuestro señor JESUCRISTO, nada queda impune y sin castigo.
José Velásquez ha dicho que…
La justicia del hombre no existe en la tierra debido que hay personas que puedan manipularla a sus anchas ya sean por poderes políticos, económicos militares y sobre todo religiosos, estos crimenes seran castigados por nuestro señor JESUCRISTO, nada queda impune y sin castigo.
Unknown ha dicho que…
yo creo que esas sangre derramadas por las victimas, piden justicia a DIOS. GÉNESIS{4-10}

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