Aquí, todo es posible



Un rayito de sol se asoma por mi ventana. Amaneció de nuevo en Caracas.

Ciudad de lo posible e imposible. De alegrías y peligros. Aquí cada quien vive como puede y viendo la realidad que quiere o que le toca vivir, o más bien, en la que tiene que subsistir.

Somos marionetas en la calle, blanco del malandro que camina de un costado, que aparece de la nada y nos pone en desventaja, en una lucha que ya no tiene combatientes.

Caracas, ciudad de mezclas, de clases sociales remarcadas por factores políticos, desde donde se comanda la división: quien tiene más – quien tiene menos – quien tiene gracias al Gobierno.

Aquí lo que sobra es plata, pero continúa la pobreza. Hay gente que madruga todos los días para ganarse el pan, gente que matraquea, gente que estudia y sale adelante, gente que no estudia y también se labra un buen futuro, gente honesta y deshonesta. Aquí todo es posible.

Es posible ver cómo un poquito de lluvia inunda la ciudad en menos de veinte minutos, pasar tres horas o más metido en una tranca cual estacionamiento en plena autopista, ver cómo el Presidente decreta día no laborable la fecha en la que se alzó en rebelión, ver como día a día muere gente inocente a manos del hampa. Aquí se gana plata, como no… pero así como viene se va de la mano con la inflación. Aquí todo es posible.

Que tengas dinero, pero que no puedas disponer de él por lo menos para viajar cuando y adonde se te antoje. Es posible que te contraten en cualquier compañía y que firmes el segundo, tercer, cuarto y pare usted de contar cuántos contratos con tal de no ofrecerte todos los beneficios que otorga la “ley”.

Aquí lo que interesa se hace en tiempo récord, como aprobar por unanimidad en una asamblea llena de chavistas que se realizara en cuestión de un mes el referéndum para que se decidiera si el Presidente podía o no reelegirse de manera indefinida. O investigar con minuciosidad de dónde sacan el dinero empresarios dueños de medios de oposición. Pero, cosas como tratar de combatir la inseguridad, la inflación, el desempleo, parecen no ser de mucho interés, porque los años pasan y pasan y esos factores lejos de tener índices favorables, van en franco detrimento.

¡Claro que hay libertad de expresión! Pero, en lo que menos se piense será sólo en casa. Medios parcializados y convertidos en partidos políticos, eso es lo que hay.

¿Imparcialidad? Imposible. Chavista o antichavista.

Rico o pobre. Socialista o capitalista. Revolucionario o imperialista.

Aquí se vive, sí. Pero atados a tal o cual tendencia política, de donde surge todo lo demás en nuestra cotidianidad ante la sociedad.

Como dice una canción popular: “ándate con cuidado que esto anda mal…”.

Comentarios

Myself ha dicho que…
yo amo Caracas, sea como sea.
Myself ha dicho que…
tiempo que no posteas.

Entradas populares de este blog

CRÍMENES QUE SE SUMAN, JUSTICIA QUE SE ESFUMA

Reflexiones bajo la lluvia

VENEZUELA, TIERRA BENDITA