Todo es... historia


Día a día vivimos nuevas historias. Unas nos marcan, otras pasan inadvertidas.

Los viajes en particular nos enseñan. Es una experiencia única e irrepetible porque cada lugar, cada ciudad se ve y huele distinto. Se mezclan tantas cosas que tal vez los momentos no se aprecian en su justa medida cuando se viven, sino más bien, se valoran más en el futuro, cuando una foto nos hace recordar y volver por un instante al pasado.

Y aunque la nostalgia nos abrace debemos sentirnos felices de conocer mundos nuevos, que aunque pasen a ser historia, jamás se borrarán de nuestra memoria. Podremos contar anécdotas que enriquecen nuestro espíritu y nos hacen crecer, permitiéndonos ampliar nuestra visión de las cosas.

Afán de conocer. Tristeza al partir. Una página que se cierra para darle paso a nuevos recuerdos que con los años nos regalarán una sonrisa.

Y así sucederá con cualquier historia que nos involucre, todas serán pasado, pero quedarán muchas otras por vivir. Sueños cumplidos y por cumplir.

Mientras soñemos, vivimos.

Vivimos en el futuro o en el pasado que añoramos.

Por eso todo es… historia, del mañana o del ayer.

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