El olvido



Como cuesta cuando se ama de verdad, cada día es todo y es nada, es insignificante y eterno para empezar por el camino de la soledad. Meses son años y los años no llegan cuando el tiempo se detiene en ese amor que no se va. Que es libre y se despide, pero que queda grabado en el alma, recordándonos que estamos vivos, pero muertos de dolor, del dolor del desengaño, de la espera y la esperanza de volver a sonreír con su sonrisa. De billar con su mirada, de envejecer con su presencia.

El Olvido
¿Cómo conseguirlo? Y evitar que su búsqueda nos despierte en plena noche triste y vacía por su ausencia, convirtiéndola en una más de miles en las que intentaremos cerrar los ojos y despertar con ese amor que llegó para quedarse, quién sabe cuánto tiempo, quién sabe cuántos años, quién sabe cuántas lunas.

El Olvido
Nos recuerda que queremos enterrar una realidad que nos lastima, siendo él mismo, en su propia esencia, el peor castigo para quien ama sin condición.

El olvido
No es para cobardes que se van sin explicación, es para valientes que se quedan y lo viven hasta que logran alcanzarlo sin dolor, sin rencor, sin temor.

El Olvido
Es el lugar donde se almacenan sentimientos, amores, momentos, recuerdos. Es donde guardamos aquello que una vez nos lastimó y nos hizo feliz.

El olvido
Es el sentimiento dormido, el pasado apartado; el olvido es la última estación del amor.

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