Reflexiones bajo la lluvia

Gota a gota va cayendo. El cielo está gris y no me provoca más que estar sola para recordar momentos que se quedaron grabados en mi memoria y que florecen con el sonido de la lluvia.

Esas gotas que se quedan en la ventana hablan del tiempo, ese que pasó, que está pasando y que pasará… conocido… incierto.

Hoy quise recordar que he vivido, que he viajado, que he sufrido y he sido feliz.
Y me pregunto, ¿qué vendrá? , ¿Cómo será? ¿Qué pensaré? ¿Qué pasará?

Mañana despertaré, lucharé y seguiré soñando que viviré mis sueños. Agradeceré que ya he cumplido algunos y que deseo continuar la batalla para alcanzar el resto.
Porque la vida es vivir soñando con la mente puesta en la realidad.

Porque perseverar es de gente inteligente, pues sólo con andar se gana, sin importar si al final triunfamos o fracasamos.

Tiene que llover. La Tierra lo necesita. El sonido del agua al golpear las hojas me transporta a la paz, aunque allá afuera las calles se conviertan en ríos y todo sea un caos.

Hoy quiero imaginar que la tranquilidad es infinita, tanto como lo son las gotas que mojan mi suelo y que veo caer, imaginando uno y otro amanecer.

Con lluvia, con sol, con un nuevo tiempo, llevando a cuestas mi pasado; tal vez con sus secretos, con sus lágrimas y tropiezos.

Desconozco cuándo volverá a llover, ni que haré mañana ni mucho menos después.

Lo que sé es que siempre tendré una nueva oportunidad, sin importar cuántos errores suman mis años, ni los temores que alguna vez callé.