"Se hAcE CaMinO aL aNdAr"...

Todos somos caminantes, pero no todos caminamos. A veces por miedo, a veces esperando que alguien nos empuje. ¡Nada peor! Hay que tratar por sí solos, probar, seguir, caer, volver a caer, levantarse, sentir el dolor del fracaso y la alegría del triunfo. Hay que arriesgar; pero antes es necesario fijarse una meta. Alcanzarla debe ser el objetivo, pero no la recompensa. La experiencia adquirida al andar para llegar al punto final debe ser el premio. Si conseguimos cumplir la meta ¡excelente!, pero lo realmente importante debe ser aprender de las cosas que nos sucedieron en el camino y seguir adelante con nuevos proyectos. ¿Por qué? Porque mientras seamos personas emprendedoras jamás dejaremos de trazarnos objetivos. Si eso ocurre, lo habremos perdido TODO.

Así decía una profesora que dictaba la cátedra de Investigación Periodística en el último semestre de la carrera. Ella solía someternos constantemente a pruebas de cultura general y el 90 por ciento del alumnado salía siempre reprobado. Su fin no era aplazarnos, sino lograr despertar nuestra curiosidad por saber cada vez más. Durante una clase en la que hacía revisión de prueba y observaba nuestra cara de preocupación por el temor de reprobar la materia y no podernos graduar dijo: “nunca se lleguen a creer que lo saben todo, porque ese día no tendrán más motivos para seguir adelante. Siempre habrá algo nuevo que aprender, así que indaguen, investiguen, no se crean todo lo que les diga una fuente y lean cualquier cosa que se les cruce por el frente”.

Con ella comprobamos que quien se esfuerza logra lo que se propone a pesar de cualquier dificultad que se presente. Simplemente no hay que rendirse.

Los años nos dan experiencia y de cada quien depende aplicarla bien o mal. Los caminos están para todos, algunos son más difíciles de transitar que otros, pero ese es el reto: recorrer para saber escoger.